lunes, 1 de septiembre de 2008

LA OBSESION


“Uno de los sentimientos mas fascinantes, que nos completa, alegra y da energía para convivir comunicarnos y crear, es el amor. El problema comienza cuando las metáforas: vivir para y por alguien, morir de amor, sin ti me cuesta respirar, etc. Se vuelven realidad.
¿En que momento el amor deja de ser dulce para convertirse en una amarga obsesión? Según Sigmund Freud, la obsesión
es una idea, preocupación o acto que se presenta de forma constante y que persiste en la mente del individuo como trastorno, la obsesión va acompañada de estados de ansiedad y se caracteriza por la aparición de sentimientos o pensamientos que se imponen al individuo y que pueden llegar a dominar su voluntad.

Como consecuencia de una gran fatiga, pueden aparecer pensamientos obsesivos en las personas sin ningún trastorno psíquico. Cuando son más frecuentes e intensos constituyen el síntoma esencial de la neurosis. Si la imposición es mayor , puede tiranizar la voluntad del individuo, que sufre y se agota luchando contra ella, llegando algunas veces a rozar la compulsión. Según Freud, la neurosis obsesivo-compulsiva es la incapacidad del individuo de satisfacer los deseos del ello y las exigencias morales del superyó. La obsesión, según Freud, es un reproche encubierto relativo a alguna actividad sexual durante la infancia y que reaparece más adelante en forma de afecto obsesivo.


El ello se refiere en realidad al conjunto de impulsos instintivos del individuo, necesidades biológicas, deseos y motivaciones afectivas primarias que, bajo el principio del placer, buscan su realización inmediata, presionando al yo, que opera con el sentido de realidad para obtener su gratificación urgente. En la teoría de Sigmund Freud, la energía subyacente a las pulsiones instintivas del ello se conoce como libido fuerza psicológica general que es básicamente de naturaleza sexual a través de la cual se expresa la conformación psicosexual del individuo.

El superyó es el que designa la instancia que en la personalidad normal modifica e inhibe automáticamente los impulsos instintivos del ello, que tienden a producir acciones y pensamientos antisociales o inmorales. Es, por tanto, una especie de conciencia moral con sentido dinámico.

Sebastian Espinoza
Valeria Donoso